PRÁCTICA DE PRIMAVERA: Qigong para flexibilizar cuerpo y mente, gestionar el enojo y abrirnos a lo nuevo.
La primavera es, en la filosofía china, el inicio del nuevo ciclo, momento el que el movimiento se reinicia y comienzan los brotes de nueva vida. Hay energía disponible para crear lo nuevo, hay vitalidad y predisposición hacia el movimiento.
La primavera está relacionada con el elemento madera, flexibilidad y creatividad. En el cuerpo y el sistema energético humano, la madera se relaciona con el hígado y la vesícula biliar, el sentido de la vista y los tendones. Ejerce una influencia en el útero y la energía ovárica, por lo que siempre es relevante para las mujeres, que esta energía esté en armonía.
Adicionalmente, la energía de madera se relaciona con la emoción del enojo en todo su espectro: ira, colera, frustración, impotencia, irritabilidad, etc. Se agota o desarmoniza cuando nos sentimos limitadas en la expresividad, de emociones y de nuestra creatividad; también cuando nos sentimos invadidas, imposibilitadas de decir que no y cuando perdemos flexibilidad para adaptarnos a lo nuevo y a perspectivas diferentes.
Los límites y la tolerancia son las estructuras de pensamiento asociadas a esta energía. Poder crear limites sanos en vínculos y en conductas cotidianas es consecuencia de la energía de madera en armonía. A la vez, lo es ser tolerantes a las nuevas propuestas y a lo diferente.
Cuando la energía está en desequilibrio se nos hace difícil poder trabajar con emociones y pensamientos de manera consciente. La práctica nos ayuda a armonizar la energía y, entonces, la observación y el discernimiento sobre los estados emocionales presentes es posible, comenzamos nuevamente a fluir con la vida, con atención y cuidado amoroso sobre nosotros mismos, sin aferrarnos ni anticiparnos, sino dando cada paso en el momento presente.