Espiritualidad es un concepto bien atado a lo religioso pero también desde otras corrientes filosóficas, antiguas y contemporáneos, espiritualidad se refiere también al trabajo interior que hacemos para nosotras mismas. Entonces espiritualidad también es autoconocimiento, presencia en nuestro espacio interno y el desarrollo de prácticas o recursos que nos permiten cultivar esta espiritualidad.
¿Por qué las mujeres necesitamos crear nuevas formas de espiritualidad?
Como la espiritualidad ha estado asociada a la religión por milenios, fácilmente podemos observar cómo los modelos religiosos monoteístas conllevan exigencias y condiciones para las mujeres. No hay posibilidad de una expresión espiritual completa en las formas tradicionales. Esto también sucede en las culturas orientales: el patriarcado se encuentra inevitablemente metido en toda cultura, filosofía, prácticas y caminos espirituales. Han sido creado para los hombres, como genérico, invisibilizando las necesidades espirituales de las mujeres como en mucho otros ámbitos.
No significa que haya que denostarlos o abandonarlos, sino que hay que realizar el cuestionamientos amoroso interior que nos lleva a la consciencia y luego recrearlos, adaptarlos a las realidades personales y también crear lo nuevo.
La espiritualidad de crea, se cultiva y se sostiene. Depende de cada persona encontrar la forma. Cuando asociamos espiritualidad a perfección, exigencia, una sola forma posible y todo lo demás es malo, ahí hay identificaciones y condicionamientos que no tienen relación con amor y compasión.